Hace poco decía en el programa del gato Sylvestre, el
economista ultra-neoliberal Miguel Boggiano sostuvo que había que corregir variables
económicas que venían distorsionadas desde hace 70 años. En ese
mismo programa dijo, también, que los productores agropecuarios no especulaban.
Que tenían su negocio y vendían cuando querían porque era su propiedad privada
y con la propiedad privada se hace lo que se quiere y el Estado no tiene que
intervenir en los asuntos privados. Le faltó decir lo más importante. Que para
él “propiedad privada” es solo la de los ricos. Analicemos una por una sus falsas
premisas.
1.- Cuando le resté 70 a 2016 me da 1946…sin palabras. En
1949 hubo una Constitución que devolvía la razón de ser a la tierra. Lo que dijo
Juan Pablo II: “Sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social”.
2.- La propiedad privada es
absoluta y el propietario hace lo que se le antoja con eso, dijo Boggiano. En
primer lugar y fundamentalmente hay que ir más atrás para revisar los títulos
de propiedad privada de los principales latifundistas argentinos. Desde antes
de 1946 hay que revisar la historia y ver qué está distorsionado.
“La ley de
la propiedad privada monopolista de la tierra no había nacido con el liberalismo.
Tuvo su nacimiento y pasaje en el periodo colonial, hasta llegar a expresarse
plenamente después de la Revolución de Mayo.
En
cuanto a las tierras que habían permanecido en manos de los indios, ya sea por
su bravura o por disposiciones reales, eran cada vez más codiciadas por los
estancieros. Sabían que sobre ellas existían miles de cabezas de ganado
cimarrón. De manera que con el peonaje de deuda y la conquista del desierto
irían a completar el ciclo expansivo, por lo menos en la zona bonaerense y en
el resto del país.” (…) “Algunos saladeristas (acopiadores
de carne) que estuvieron con la Revolución de Mayo luego intentarían
sabotearla, como es el caso de Staples y McNeille, contra quienes hubo que
enviar una partida armada para impedir la escasez de carne en el mercado interno.” Dice en uno de sus ensayos Jorge S.
Zappino, Licenciado en Ciencia Política
(Universidad de Buenos Aires) Magister en Historia Económica y de las Políticas
Económicas (Universidad de Buenos Aires).
Hace 10.000 años. Los primeros habitante Mapuches en San Martín de los Andes
Llegada de inmigrantes a fines del siglo XIX
No es absoluta la
propiedad privada. Si fuera así los trabajadores que adquieren sus casas no
pagarían impuestos y desde su propiedad privada harían lo que quieren. No pagarían más si amplían esas casas, por ejemplo.
El alimento que produce la
tierra que forma parte del Territorio Nacional, aunque pertenezca a un
latifundista, tiene como prioridad proveer el alimento interno de los ciudadanos
trabajadores.
El suelo, por otra parte, de propiedad social por sentido común ¿no
forma parte de la Argentina lo que está alambrado? Produce, trabaja quiera o no
el dueño. No se invierte, salvo para contaminarla apurando su rendimiento
natural, para que de la tierra nazcan alimentos. Se siembra y la tierra, que es
parte del territorio argentino, es la que trabaja.
3.- Si la
propiedad privada no es asunto del Estado, nada es asunto del Estado y por lo
tanto la Ley no tiene sentido. La Constitución no tiene sentido.
4.- Es menester
parar, reflexionar y ordenar los pensamientos, los sentimientos, y ya que tanto
se habla de ñoquis, favorecer con tierras a quienes la trabajan directamente, a
quienes la siembran directamente sin haber recibido grandes extensiones de
tierras por parte del Estado como prebendas o como herencia. Principalmente a sus dueños
naturales, las Naciones Indígenas pre existentes a la Nación Argentina a quienes
se les robó las tierras, previo genocidio. Ellos tienen derecho de propiedad
por ocupación milenaria del territorio. Luego a los pequeños campesinos. Eso
que fueron nuestros abuelos. Y echar del Estado a los parásitos de la Sociedad Rural y de
todas las entidades patronales que especulan con el alimento sagrado. Echarlos
por ñoquis, por parásitos, por mala gente, por ladrones. Así será justicia y
brillará en lo alto una nueva y gloriosa Nación plurinacional.
Juanchi Galeano♪ 13 e
febrero de 2016
Coincido con cada palabra, sobre todo el párrafo final. Cuando echemos a los parásitos que especulan con el alimento sagrado se hará justicia ! y la tierra será de sus verdaderos dueños !
ResponderEliminarGracias por pasar y dejar tu comentario, Alicia! Abrazo!
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