Poetas queridos. Poetas
queridas. Hermanos, hermanas de tinta, de sonidos, por parte de Madre que
decimos y nos dice. Que nos crea y creamos. Hija, también, cuando asistimos
obstétricamente a ese concepto guardado en el silencio de los pueblos. Esa
Madre, Hija, Misterio que tiende puentes de empatía y de silencios concurridos
de mensajes. Hay que baldear de palabras hermosas el planeta. Hay que tomar el
bisturí de los conceptos e intervenir quirúrgicamente las cataratas de dinero
que impide vea los afectos, el movimiento sutil de la vida y las caricias. El
pulso de la historia nos convoca. La basura de ruidos de guerras, de excedentes
humanos (como si pudiéramos permitir que alguien sobre) nos está tapando el
cielo transparente. La ambición brutal secuestró el asombro, violó
perversamente la sorpresa y golpeó los vínculos hasta destrozarlos. Hay que
llover abecedarios, alfabetos, silabarios, imágenes, metáforas, analogías y no
escampar. Diluviar amor hasta ahogar los hombres y las mujeres viejos para que
nazcan niños y niñas con derecho a la sonrisa limpia. Y la esperanza sea solo
un juguete entre abrazo y abrazo…
Juanchi Galeano♪
(Imagen tomada de la web)
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