miércoles, 12 de agosto de 2015

De lechuzas y ternura...

Cómo no va a ser necesaria la violencia. La guerrilla urbana y la rural. Los convoco ya mismo a la violencia invencible de la ternura. 
A dejar las hondas, la gomeras, los rifles y cualquier arma que destruya. Los invito a sembrar flores, a plantar árboles, a observar las aves silvestres en libertad y en armonía, a sonreír a contramano, a generar foquismos de caricias para que este planeta se incendie ya mismo de bondad, aunque nos dijeron millones de veces que era mejor ser delincuentes, haraganes, mentirosos. 
El peligro no está entre los que nos encontramos en las veredas y en las calles. El peligro está en los que ya no solo se creen terratenientes (ahora se creen, también, lunatenientes, planetatenientes) que envenenan la tierra destratándola como Madre y obligándola a producir solamente ‘oleagisoja’ en donde antes brotaba algodón, yerba mate, girasol, maíz, lechuga, manzana y toda variedad de alimentos y recursos para la vestimenta no invadidos en sus genes. 
Esos hombres y mujeres de negocios (los que niegan el ocio de los otros, de la otras) nos muestran fósiles de supuestas bacterias o supuestos crustáceos en lugares a los que es imposible acercarse hasta con la imaginación, acunándonos en la tranquilidad de que hay vida en otra parte, mientras, despacito, nos van desconectando del oxígeno natural de la atmósfera gratuita que nos fue dada en el principio sin gravamen. Esa atmósfera que nos envuelve y da valor a todo lo que existe aunque parezca que vale más el dólar porque nos mienten que lo compra todo. 
Cuando mi hijo, mi hija, eran niñito y niñita, les gustaba que les dijera que las cosas me asombraban y que mis ojos se abrían como los de una lechuza sorprendida. De lechuzas y caricias trata el video que les propongo. Peligroso como una bomba de amor que empiece a reparar el mundo entero.


Juanchi Galeano♪ 12 de Agosto de 2015

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