“No quepo en su boca, me trata de tragar pero
se atora con un trébol de mi sien.
Creo que está loca; le doy de masticar una paloma y la enveneno de mi bien.
Creo que está loca; le doy de masticar una paloma y la enveneno de mi bien.
Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago paseo, voy pensando en qué
vendrá.
Pero se destruye cuando llego a su estómago y planteo con un verso una verdad.”
Silvio Rodríguez
El 1 de marzo, durante la apertura de las
sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, mientras Cristina Fernández de
Kirchner , la Mujer Estadista, desplegaba su arsenal de palomas argumentales en
la garganta del Leviatán mundializado, los huevos de la serpiente golpista
crujían odios infinitos.
Prolija y ordenadamente, cuenta por cuenta, la Estadista desgranó, discursivamente, el
largo rosario de logros y materias pendientes del Proyecto Nacional y Popular
inclusivo, desarrollando cada episodio gozoso, doloroso, glorioso y luminoso.
No dejó tema estructural universal ni cotidiano por ahondar. Finalmente, y
luego de remarcar que el Gobierno Nacional no es una oficina de las
Corporaciones, destacó el beneficio de recuperar la soberanía energética en YPF
y los recursos humanos en materia
científica. Marcó un rumbo de país que vaya despegando de la exportación cruda
y en donde el valor agregado sea un logro que trascienda lo partidario y la
duración de unos mandatos constitucionales. Señaló, también, la tradición en
ese sentido del Partido Radical. Y no solo lo señaló sino que nombró al radical
Gerardo Zamora Presidente provisional del Senado.
Sin embargo, el consenso, para la mayoría de
la oposición, es el golpe. Quedó de manifiesto esto en la declaración de Sturzenegger.
La movilización masiva en la Plaza del Congreso no era producto de los
beneficios obtenidos por las masas populares, más bien lo remontaba a los tiempos de Mussolini y a Franco, declaró
a los medios, descalificando la democracia, el voto y la adhesión de las
mayorías a las políticas inclusivas.
No sorprende para nada su declaración. Durante
su corta historia, la dulce Argentina, la jovencita afortunada de riquezas
materiales, intelectuales y espirituales,
no tuvo suerte en la mayoría de sus uniones esponsales con los gobiernos de
turno. Porque de turno eran los gobiernos que se sucedían, como de turno se
suceden los hombres machistas en el paso al cuarto de una mujer esclavizada del
sexo. En la mayoría de los casos, es innegable, la bella Argentina, fue tomada
por la fuerza, vejada y sometida a la violencia. Cuando hubo breves tiempos en
que la envolvieron Movimientos de amor y de ternura y la besaron en sus partes
menos valorada y ella apenas levantaba su estima y se erguía digna entre sus
hermanas del mundo, venía otro golpe de los que se creen propietarios de todo y
desaparecía el Movimiento de caricias. El
golpeador lo molía a vuelos de aviones de la muerte. Nuevamente sola, la joven
Argentina, desangrando recursos, hemorroisa de alimentos, se deshidrataba hacia
adentro en sus entrañas de pieles oscuras o blancas coloradas de sol y de
trabajo.
El último Movimiento de amor que la envuelve
desde el 2003 viene resistiendo de cultura esos arrebatos golpeadores. Viene
resistiendo de Derecho que sujeta a poderosos y otorga titularidad (empodera) a
los más débiles. Pero el Leviatán de los mil espejos, se muestra de
mentira acá y allá y confunde
mediáticamente las bases del amor que sostiene el Movimiento.
Tiene una sola cabeza el Leviatán, es
monocéfalo, monopólico, monofónico, pero por efecto de los espejos de los
Medios, parece que tuviera miles. No se lo puede decapitar como a Luis XVI
durante la revolución francesa. Luis XVI
era solo un reflejo de las cuarenta mil cabezas de espejos que rodaron durante
la Revolución francesa. Cabezas de espejos que solo reflejaban el poder real
que no se muestra jamás. La monarquía y
el monopolio siguen más vivos que nunca en este siglo XXI. Como vivo sigue el
amor ancestral que no se rinde y nace naciendo como naciendo nace nuevo,
siempre.
Geopolítica guerrera, gruñe de misiles la
serpiente de los sueños de Silvio, desde la razón formal académica abstracta del
imperio. Geotextualidad*, con empoderamiento de la razón difusa del corazón
popular que late desde la tierra, desde el continente, argumenta Cristina, desde
la paz.
La cultura, la ley, la normativa, la
convivencia en la diversidad es el camino hacia la esperanza, aunque incomode.
Se conforman bloques difusos de poder
democrático en el tablero del ajedrez del mundo. Eso enoja a los mercenarios
uniformados de discursos que piden rebajas de sueldos para parar la inflación y
no dicen nada respecto de la insaciabilidad de ganancias en el esófago
comercial de los dueños de la moneda.
A los logros democráticos populares (como los
sueldos dignos – las alegría de los pobres) se los descalifica con el mote de
‘populismos’. Aún desde los sectores intelectuales progresistas.
En tal sentido el poeta, Dr. Jorge Torres
Roggero nos advierte:
“Si tal es lo que acontece con los
intelectuales afines, qué esperanza deviene tanto de los númenes del
pensamiento oligárquico como de la izquierda subsidiaria, parásitos
privilegiados de la gran ballena, del Leviatán que parece haber instaurado ya
su reino mundial de ‘los mil años’ y decretado ‘el fin de la historia’. Sin
embargo, el populismo, denostado y proscripto, si bien puede ser ‘tragado’,
siempre es vomitado por el gran monstruo. Es un revulsivo que le produce
grandes convulsiones interiores, que parece no ser pero está y que, como Jonás,
de vez en cuando es arrojado afuera de la orgullosa Nínive para anunciar, bajo
diversos nombres, tiempos de reparación y de esperanza a los pueblos. En tanto
movimientos que ponen en actividad y organiza grandes sectores sociales, que
abren el todo y lo convulsionan, el irigoyenismo y el peronismo, catalogados
consuetudinariamente como populismos, descuajan la impermeabilidad teórica del
concepto y se presentan, en virtud de su modalidad de enunciados concretos,
como momentos o nudos de densificación y contacto con el sentido profundo cuyo
sujeto es el pueblo en busca de su especificidad dialogante. Lo populismos han
sido siempre etiquetados con nombre denotadores de segregación y desprecio.
Esos motes conllevan, con frecuencia, el sobrenombre animal o una connotación
equivalente, es decir, reducción a lo espontáneo e instintivo. Pero estas fajas
de seguridad, siempre fueron asumidas por los ‘segregados’ de la razón como
signos de identidad o de protesta y provocación. Diríamos, con mayor precisión,
como banderas. ‘Chusmas’ o ‘descamisados’ venían a perforar desde ‘los
adentros’ mismos de su entraña a la totalidad clausa (la razón estructurada), y
resultaron un revulsivo capaz de ampliar el campo gnoseológico, de multiplicar
los sujetos creadores, y por lo tanto, capaz de instaurar gestos y ritos
reconciliadores con el trabajo: no como forma de explotación, sino como codo a
codo, como liberación y fiesta.” (Jorge Torres Roggero-Elogio del pensamiento
Plebeyo- Paginas 21 y 22)
Estamos transitando la razón poética, la razón
del caos creativo artístico de los pueblos en gran parte de América Latina y el
Caribe, a contrapelo de la razón lineal delictiva facilista del enriquecimiento
ilícito.
Hay que tener cuidado. En la tele se está
fogueando mucho la figura de Pablo Escobar, ‘el patrón del mal’, como ‘salida
laboral’ que saca pronto de la pobreza. Tanto Pablo Escobar, El Chapo Guzmán
como Héctor Magnetto , Nelson Castro o Coto, son caras de la misma moneda del
M.A.L. (Mercado Absolutamente Libre) que deja indefensas de sueños hermosos a las
buenas personas trabajadoras que conforman los pueblos.
Juanchi Galeano 03/03/14
(*) “Los goetextos serían el paso de la
contingencia a la forma (los frutos maduros) de la razón poética, la parábola
que une conciencia difusa y conciencia letrada: una mediación entre sentido y
significación.” Jorge Torres Roggero – Elogio del pensamiento plebeyo, pag.49
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