martes, 10 de marzo de 2015

Algunas preguntas de lego


Desde el llano y con absoluto desconocimiento de cómo funcionan las instituciones democráticas republicanas federales desde su riñón, me permito hacerme unas básicas preguntas ante tanta sobredosis de información que naturaliza un sistema de castas que hace su notable aparición en la marcha llamada del 18F.

La casta de la justicia pide justicia a la justicia. Una parte de esa casta que supongo superior a la de la plebe, vulgo, pueblo que votamos universalmente, se pliega en la desconfianza del funcionamiento de las instituciones, a una parte de los engranajes de esas instituciones: algunos fiscales de la nación.

La ex esposa de un fiscal, muerto en circunstancias que se tratan de establecer institucionalmente, Jueza de la Nación, Dra. Arroyo Salgado, hace una investigación paralela (una ‘parainvestigación’) y pone peritos que la prensa ¿independiente? alaba como los mejores de Argentina y del mundo. El Dr. Raffo y su equipo.


En ese marco uno no tiene más que preguntarse... Si una Jueza de la Nación no confía en los peritos de la Corte que analizan los casos de cualquier ciudadano; no confía tampoco en la pericia de la fiscal de turno; ¿deberíamos nosotros, la gente de a pie, confiar en los fallos y en las pericias de los jueces que, como Arroyo Salgado, sabrían, por eso contratan peritos caros, al margen de la investigación institucional, que la ley no es igual para todos y todas? 

¿Cuál es la crisis institucional? ¿la de la democracia o la de la justicia que se muestra como casta, no en el sentido de castidad, sino en el sentido de clase dominante? ¿Gobierna el pueblo a través de sus representantes o los jueces a través de sus fallos y amparos?

Si todo se pone bajo un manto de sospecha ¿qué nos garantiza la transparencia de los que hacen una investigación paraestatal?

Si naturalizamos lo paraestatal ¿qué de creíble puede ser que los fiscales que convocaron a una marcha de silencio actúen dentro del marco del Estado de Derecho?

Desde el norte, el Emperador Obama I con sus cónsules y pretores republicanos, decide que algunas de las democracias del sur de América son un peligro para su territorio, el planeta Tierra. Y sentencia a Venezuela a una posible invasión para apoderarse de sus recursos naturales y plantar un sátrapa que responda a sus intereses genocidas insaciables. ¿Eso es orden mundial, Derecho Internacional? ¿Las armas y la invasión a pueblos empobrecidos por el propio sistema que llaman democracia occidental estadounidense y solo tiene una idea con dos partidos, dos cabezas, la de someter y matar con las armas más poderosas que conoce la historia, todo lo que no se mueva al ritmo del ruido de sus látigos misiles?


Mates y preguntas…

Juanchi Galeano♪ 10 de marzo de 2015

4 comentarios:

  1. Después todos nos rasgamos las vestiduras por el odio y la violencia con la que actúan los yihadistas...

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  2. Cuántas preguntas más debiéramos hacernos para desnaturalizar el orden establecido por unos pocos para que los muchos nos disciplinemos ...

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